13.11.2020

Propiedades fisiológicas

Además de su apariencia y la atmósfera que genera, el uso de la madera puede influir en aspectos como la acústica o la calidad del aire en espacios cerrados. La madera tiene la capacidad de absorber y liberar humedad, es decir, ayuda a equilibrar la humedad del aire en espacios cerrados. Una humedad equilibrada en espacios cerrados mejora la calidad del aire y reduce la necesidad de ventilación, a la vez que mejora la eficiencia energética.

La madera es un material antibacteriano. Previene la expansión de microbios dañinos. Por esa razón, es el material elegido para, por ejemplo, saunas o tablas para cortar de cocina. Las grandes propiedades acústicas de la madera también se utilizan en instrumentos musicales, salones de actos y de conciertos.

La utilización de madera en interiores puede influir incluso en el estado de ánimo de las personas, así como en su nivel de estrés fisiológico. Según una investigación, las personas reaccionan de manera positiva al uso de la madera, tanto a nivel fisiológico como psicológico. Las superficies de madera otorgan un ambiente cálido y acogedor a las estancias, además de proporcionar un efecto tranquilizante. En este sentido, la madera está por delante de cualquier otro material para superficies. El hecho de tocar una superficie de madera proporciona a las personas una sensación de seguridad y de contacto con la naturaleza.

La sensación de la madera es más suave que la de otros materiales, no solo al tacto sino también a nivel fisiológico. Según una investigación, el hecho de tocar aluminio a temperatura ambiente, plástico frío o acero inoxidable provoca en las personas un incremento de la tensión arterial como reacción de estrés. En cambio, tocar una superficie de madera no causa dicha reacción.