13.11.2020

La madera como sumidero de carbono

Para poder crecer, un árbol necesita el dióxido de carbono del aire. El árbol crece al fotosintetizar el agua y el dióxido de carbono presentes en la atmósfera; para ello se vale de la luz solar. El propio «material de construcción» del árbol proviene del carbono del dióxido de carbono y, al mismo tiempo, libera oxígeno a la atmósfera.

Para crecer, un kilogramo de madera necesita en torno a 1,55 kilogramos de dióxido de carbono del aire, cuyo carbono se almacena en el árbol. Dicho carbono conforma alrededor de la mitad de la madera. La regla general dice que 1 metro cúbico de madera almacena 1 tonelada de CO2.

La fotosíntesis es un proceso bioquímico en el que las células de la planta producen oxígeno a partir del CO2 y del agua con la ayuda de la energía solar, además de glucosa, que sirve de alimento para la planta. Seis moléculas de agua (H2O) y seis de dióxido de carbono (CO2) forman seis moléculas de oxígeno, además de glucosa.